Reseña. Siete Días
En“Siete días” hay una serie de formas narrativas que cambian y llevan al lector por una escritura limpia y multifacética. O sea, podemos encontrarnos con una novela de aventuras, filosófica, reflexiva en el carácter identitario del ser colombiano, científica, ciencia ficción. Pero ante todo una novela que descansa su narración sobre el efecto de la imagen. Y en este aspecto la enriquece en tanto que uno como lector lee y logra hacer toda la ambientación. Se crea un escenario que va acorde con la voz del narrador. De hecho, asistimos a una representación y los lectores “continúan expectantes mientras, como si fuera una película cinematográfica “ (Vargas Zamudio. Pag. 151). Una característica que nos obliga inmediatamente a remontarnos a una nueva faceta “novela fantástica” y que podemos encontrarle nexos, con la igualmente obra “. La invención de Morel” de Adolfo Bloy Casares. En esencia una novela caleidoscópica.
En segunda instancia, tenemos una obra que en términos de Cortázar sería una obra activa; pues obliga al lector a estar en una constante relación con saberes desde lo física cuántica, el problema del tiempo, la memoria histórica, el ser y no ser, la realidad, el espacio. O sea, no es una obra para cualquier lector, pues casi de forma imperativa exige y más que ello obliga que se tenga ideas sobre física, filosofía y literatura. En otras palabras, la enciclopedia (en palabras de Umberto Eco) se pone a concursar en el espacio de la novela y desde la misma lógica se entra y sale por la misma aventura de Horst. Para decirlo de forma definitiva: una novela que hace un mapeo de saberes y permite un cruce de dominios. Entendido primero como una visión panorámica de la cultura y que sobre la cruza formas de conocimiento que se complementan para conjugarlos dentro de un mismo rango.
Finalmente, y no menos importante, nos encontramos con una bella metáfora que se me ocurre apropiada: la novela es un viajes de Host (Ulises) hacia una Ítaca (Estado interno de ser humano y su espiritualidad) del Doble Yo. Puede parecer paradójico pero es así. Un viaje externo que va hacia lo interno. Un viaje a través de valles, montañas, aire, tierra, agua, oriente, occidente, norte y sur. Todo ello es un mundo especial que representa esa búsqueda interna. Un águila con la serpiente para contralar los impulsos es la mejor explicación y la perfecta analogía. Un descenso al ser interno que se compara con lo especial. Horst viaja sobre el espacio para encontrar su otro Yo. Ese otro que nos habita y que pocas veces conocemos por temor a enfrentarlo. La Ítaca no es un lugar físico es un estado mental, un descubrir lo desconocido. Un mundo que nos remite a kavafis.
A. Motato.
Contenido. Siete Días
No aplica.