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Antropología

Por las tierras del cóndor y del águila negra – Mario Rey – Universidad del Valle Ver más grande

Por las tierras del cóndor y del águila negra

Nuevo

Autor: Mario Rey
Editorial: Universidad del Valle
Edición: Primera, 2006
Formato: Libro
Rústica, 14.5 x 21.5 cm
328 Páginas
Peso: 0.41 Kg
ISBN: 9586704904

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Reseña: Por las tierras del cóndor y del águila negra

Mario Rey se remonta hasta los tiempos de sus antepasados para recuperar las raíces de su existencia y de la existencia de una estirpe de hombres y mujeres que al forjar su destino, de alguna manera también forjaron el destino de la patria. La cerveza, el aguardientito, el tejo, los prostíbulos, los paisajes, los olores y sabores, la vida familiar y la vida social, la violencia familiar y nacional, así como múltiples homenajes literarios, conforman un mosaico caleidoscópico manejado por un personaje narrador, el mismo Mario Rey, que entrevista ya sea a sus abuelos, a sus amigos o a sus hermanos, para investigar aquella parte de la historia, que si no se recupera y se fija por medio de la palabra, se perderá en las aguas del tiempo.

 

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Contenido: Por las tierras del cóndor y del águila negra

 

Yo juego con la cadena plateada
Al abrir la puerta del cuarto
Al día siguiente de mi llegada a Bogotá
Ahora corrijo estas páginas con la ayuda de los lentes
Yo recorro las calles de Bogotá en busca de mi abuelo
Por esos días llegó al Paraíso un japonés
Yo vuelvo a escuchar al abuelo, con gusto
De nada sirvieron los cataplasmas de mostaza
Cuando el japonés inhalo el aroma de cada una de las flores del Paraíso
Una calaverita de Azúcar
Y que yo me la llevé al río
Lo que más recuerdo de esa época
Yo nunca olvidaré las incómodas noches de frío
Carmen Francesca Rondaba la cabeza del abuelo cada tanto
Las calaquitas de azúcar blanca
¡ Fue como un puño en el plexo solar, ala!
A mí, mi papá casi no me pegaba
¿Sabes cómo me gustaría morir?
Yo hago girar el tubo del calidoscopio
¡Cha cha cha!
Si percibes o te inventas la danza
Al descubrir frente al espejo
El abuelo recorrió unas cuantas zancadas

 

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